El libro “The Myth of Osteoporosis” de Gillian
Sanson nos revela muchas creencias falsas y problemas en la historia de esta
enfermedad. El diagnóstico de osteoporosis,
un trastorno esquelético que implica el incremento de la fragilidad ósea y una
mayor susceptibilidad a las fracturas, se ha simplificado por muchos años midiendo
simplemente la densidad mineral ósea. Sanson escribe que llamar la baja densidad mineral ósea
“osteoporosis” equivale a llamar la alta presión “derrame cerebral”, porqué la densidad ósea
se reduce con la edad en todas las personas, mientras el riesgo de fracturas
depende también del tamaño y forma de los huesos, así como de la calidad a
nivel de la micro-arquitectura del tejido óseo, además que de problemas de
vista, de salud mental o de utilizo de psicofármacos que causan la mayoría de
caídas que llevan a las fracturas. Ya en 1997 el British Columbia Office of
Health Technology Assessment reportó que el test de la densidad ósea no
identificaba correctamente las mujeres que iban a tener fracturas. En 2008 la OMS ha desarrollado un nuevo instrumento llamado FRAX (Fracture
Risk Assessment Tool), que permite calcular en internet la probabilidad de que una persona tenga fracturas
en los 10 años siguientes. Frax considera muchos factores de riesgo diferentes:
edad, sexo, peso, altura, fracturas previas, historia genética de fracturas,
consumo de tabaco y de alcohol, otras condiciones medicas, incluyendo en el cálculo la densidad mineral ósea solo si conocida por el individuo.
El FRAX es un instrumento innovativo e importante para
reducir la ansiedad causada por los diagnósticos
de osteoporosis y el consiguiente consumo excesivo y dañino de medicamentos. La
terapia hormonal sustitutiva, que se usaba para prevenir o tratar la
osteoporosis, en 2000 era el medicamento más prescrito en el mundo. En 2002 un
grande ensayo clínico de la Women’s Health Initiative enseñó que el uso de terapia
hormonal sustitutiva estaba relacionado con un incremento en el riesgo de
cáncer de mama, enfermedad coronaria, coagulación, derrame cerebral. Después de estos descubrimientos la terapia
hormonal se ha ido sustituyendo con los biofosfonatos como alendronato (Fosamax®)
o el risedronato (Actonel®). Su acción
influye en la remodelación natural de los huesos, aumentando la densidad
mineral ósea en el corto plazo, pero su efecto en términos de prevención de fracturas
es mínimo según muchos estudios. A corto plazo hay efectos secundarios como problemas
del estomago y esófago y dolores, mientras a largo plazo falta evidencia.
El
FRAX es un paso hacia adelante para enterrar el mito de que la pérdida de
densidad mineral ósea es la principal causa de las fracturas. El siguiente paso
es reconocer que el uso de medicamentos no es la solución, ya que tienen límites
de efectividad y efectos secundarios, mientras la salud de los huesos depende
de muchos factores modificables como una dieta equilibrada y el ejercicio
físico, sobre los cuales podemos tomar el control.
Professor John A. Kanis, que desarrolló FRAX, lo presenta:
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