sábado, 30 de marzo de 2013

Deporte con química

Los esteroides anabolizantes (EA) son el producto estrella de un mercado en auge como una ayuda al ejercicio físico para conseguir un cuerpo "escultural" y que puede resultar peligroso para nuestra salud. En esta ocasión son los hombres los que más abogan por esta forma de alcanzar la "belleza" aunque también las mujeres se incorporan a estos hábitos.
Desde su descubrimiento su uso ha sido muy polémico, ya que han sido utilizados ampliamente para mejorar la apariencia física, como ayuda al anti-envejecimiento o el aumento del rendimiento en los deportes.
Todo esto ha llevado a numerosos problemas, siendo uno de los más graves el recientemente llamado vigorexia. La vigorexia consiste en la obsesión por incrementar el tamaño de los músculos y mejorar el rendimiento físico de  forma compulsiva. Se considera como un trastorno dismórfico corporal donde las características físicas se perciben de manera distorsionada, llegando a una insatisfacción personal continua, debido a la incapacidad de ver con objetividad su propio cuerpo y alcanzando una musculatura desproporcionada para su talla.
Al contrario de lo que podría pensarse, la mayoría de los usuarios de EA no son atletas o culturistas profesionales, sino personas que intentan mejorar su apariencia física. La falta de información previa a su consumo sobre sus efectos y consecuencias unido a la facilidad de adquisición de estas sustancias hace que no sea difícil caer en su uso, y que muchas veces se incurra en el abuso.
Hasta un 80% de las personas que reconocen haber consumido EA utilizan algún otro fármaco, bien para potenciar su efecto o para disminuir alguno de sus efectos secundarios. De esta manera se utiliza un nuevo arsenal de fármacos para alcanzar el "cuerpo perfecto" como por ejemplo la hormona del crecimiento, la insulina, antiestrógenos para prevenir la ginecomastia, gonadotropina coriónica humana para estimular los testículos u hormonas tiroideas para elevar la tasa metabólica e inducir la lipolisis. Así en lugar de aminorar los efectos secundarios de los EA se contribuye a aumentar el riesgo de que aparezcan otros tantos.
Afortunadamente la literatura científica continúa sin respaldar estos productos en personas sanas. Sí se utilizan algunos de ellos para determinadas condiciones clínicas como quemaduras graves, heridas agudas y crónicas o para el hipogonadismo primario o secundario. Es por ello que algunos estudios tienen el objetivo de obtener EA que eleven sus características anabólicas y disminuyan sus características androgénicas, aunque aún no ha sido posible.
Otras sustancias usadas  y de cuestionada utilidad son los suplementos nutricionales como la glutamina, la ornitina, los famosos "quemagrasas"  (por ej la L-carnitina) y algunos remedios herbales como el ginseng o el guaraná. Sus beneficios son aún muy discutidos y continuan siendo objeto de debate científico.


Algunos estudios:
http://bjsm.bmj.com/content/31/1/54.abstract
http://emedicine.medscape.com/article/128655-overview
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21575947
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23018244
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21990312










 

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